Su Santidad Ibarretxe ha comparado estos días la situación del País Vasco con la del Tibet y China. Afirma Su Santidad que «al igual que el Dalai Lama dice que respeta profundamente a China, yo también respeto profundamente a España» y que «es muy difícil entender que pueblos tan grandes tengan tanto miedo a pueblos pequeñitos, como el pueblo de Tíbet o el pueblo vasco». Seguramente Su Santidad lo dice porque España invadió en su día el País Vasco, aunque curiosamente el Lehendakari no ha tenido que exiliarse a Francia y puede seguir disfrutando de su cargo como gobernante en Euskadi.
O a lo mejor, a lo que se refiere Su Santidad es a la opresión que el Estado Español ejerce sobre el pueblo vasco, haciendo todo lo posible para destruir su lengua y su cultura, encarcelando a quienes manifiestan sus ideas nacionalistas y reprimiendo violentamente cualquier manifestación pacífica de los vascos en pro de su independencia. ¿Quién no ha visto con asombro y repugnacia las imágenes de la guardia Civil y el ejército español aporreando y disparando a los sacerdotes vascos que protestaban por la situación de Euskadi o entrando a saco en los conventos para detener a monjes y monjas?
O puede ser que su Santidad Ibarretxe haga esta comparación basándose en la ingente cantidad de vascos nacionalistas que se han visto obligados a exiliarse a causa de la violencia que sobre ellos ejerce el Estado Español o los propios vascos no nacionalistas. Es bien sabido por todos que en Euskadi quien se atreve a hablar en voz alta sobre el derecho de autodeterminación del pueblo vasco se expone a graves consecuencias, viéndose obligado a llevar escolta, a ver su nombre dentro de una diana en pintadas callejeras, a cambiar sus itinerarios por miedo a un atentado, recibiendo amenazas de tipo mafioso o a ser acusado de fascista por los radicales españolistas.
Será que en el resto de España vivimos en la inopia y no comprendemos nada. Pero al parecer todos somos cómplices de tamaña barbarie. Hagamos puyas para que el Buda Sakyamuni nos ilumine a todos y podamos comprender. Tashi delek, Su Santidad. Que las condiciones interdependientes sean buenas y auspiciosas.
O a lo mejor, a lo que se refiere Su Santidad es a la opresión que el Estado Español ejerce sobre el pueblo vasco, haciendo todo lo posible para destruir su lengua y su cultura, encarcelando a quienes manifiestan sus ideas nacionalistas y reprimiendo violentamente cualquier manifestación pacífica de los vascos en pro de su independencia. ¿Quién no ha visto con asombro y repugnacia las imágenes de la guardia Civil y el ejército español aporreando y disparando a los sacerdotes vascos que protestaban por la situación de Euskadi o entrando a saco en los conventos para detener a monjes y monjas?
O puede ser que su Santidad Ibarretxe haga esta comparación basándose en la ingente cantidad de vascos nacionalistas que se han visto obligados a exiliarse a causa de la violencia que sobre ellos ejerce el Estado Español o los propios vascos no nacionalistas. Es bien sabido por todos que en Euskadi quien se atreve a hablar en voz alta sobre el derecho de autodeterminación del pueblo vasco se expone a graves consecuencias, viéndose obligado a llevar escolta, a ver su nombre dentro de una diana en pintadas callejeras, a cambiar sus itinerarios por miedo a un atentado, recibiendo amenazas de tipo mafioso o a ser acusado de fascista por los radicales españolistas.
Será que en el resto de España vivimos en la inopia y no comprendemos nada. Pero al parecer todos somos cómplices de tamaña barbarie. Hagamos puyas para que el Buda Sakyamuni nos ilumine a todos y podamos comprender. Tashi delek, Su Santidad. Que las condiciones interdependientes sean buenas y auspiciosas.