lunes, 20 de octubre de 2008

UNA LLAMADA AL AMOR

"He aquí un error que la mayoría de las personas cometen en sus relaciones con los demás: tratar de construirse un nido estable en el flujo constantemente móvil de la vida.

Piensa en alguien cuyo amor desees. ¿Quieres ser alguien importante para esa persona y significar algo especial en su vida? ¿Quieres que esa persona te ame y se preocupe por ti de una manera especial? Si es así abre tus ojos y comprueba que estás cometiendo la necedad de invitar a otros a reservarte para sí mismos, a limitar tu libertad en su propio provecho, a controlar tu conducta, tu crecimiento y tu desarrollo de forma que éstos se acomoden a sus propios intereses. Es como si la otra persona te dijera: "Si quieres ser alguien especial para mí, debes aceptar mis condiciones, porque, en el momento en que dejes de responder a mis expectativas, dejarás de ser especial" ¿Quieres ser alguien especial para otra persona? Entonces has de pagar un precio en forma de pérdida de libertad. Deberás danzar al son de esa otra persona, del mismo modo que exiges que los demás dancen a tu propio son si desean ser para ti algo especial.

Párate por un momento a preguntarte si merece la pena pagar tanto por tan poco. Imagina que a esa persona, cuyo especial amor deseas, le dices: "Déjame ser yo mismo, tener mis propios pensamientos, satisfacer mis propios gustos, seguir mis propias inclinaciones, comportarme tal como yo decida que quiero hacerlo...". En el momento que digas estas palabras, comprenderás que estás pidiendo lo imposible. Pretender ser especial para alguien significa, fundamentalmente, someterse a la obligación de hacerse grato a esa persona y, consiguientemente, perder tu propia libertad, Tómate el tiempo que necesites para comprenderlo...

Tal vez ahora estés ya en condiciones de decir: "Prefiero mi libertad antes que tu amor". Si tuvieras que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿qué escogerías? Dile ahora a esa persona: "Te dejo que seas tú mismo/a, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos, seguir tus propias inclinaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo... “En el momento en que digas esto, observarás una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar esas palabras y te revelarás como la persona posesiva y explotadora que eres (con lo que es hora que examines tu falsa creencia de que no puedes vivir o no puedes ser feliz sin esa otra persona), o bien tu corazón pronunciará dichas palabras sinceramente, y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control, de manipulación, de explotación, de posesividad, de envidia... "Te dejo que seas tu mismo: que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas que quieres hacerlo..."
Y observarás también algo más: que la otra persona deja automáticamente de ser algo especial e importante para ti, pasando a ser importante del mismo modo en que una puesta de sol o una sinfonía son hermosas en sí mismas, del mismo modo en que un árbol es algo especial en sí mismo y no por los frutos o la sombra que pueda ofrecerte. Compruébalo diciendo de nuevo: "Te dejo que seas tú mismo..." Al decir estas palabras te has liberado a ti mismo. Ahora ya estás en condiciones de amar. Porque, cuando te aferras a alguien desesperadamente, lo que le ofreces a la otra persona no es amor, sino una cadena con la que ambos, tú y la otra persona amada, quedáis estrechamente atados. El amor sólo puede existir en libertad. El verdadero amante busca el bien de la persona amada, lo cual requiere especialmente la liberación de ésta con respecto a aquél
"
Anthony De Mello (Una llamada al amor)

4 comentarios:

Juan dijo...

¿Hasta qué punto decidimos a quién amar?. ¿Es una elección racional, emocional o una mezcla de ambas?.

En el amor sientes, pero también te puedes preguntar si la persona amada “te conviene”, mezclando de estar forma la emoción y la razón. Dependiendo del tipo de persona que seas o hayas construido decidirás amar, ciegamente, cueste lo que cueste, te convenga o no esa persona o.....apartarte de ella por mucho que la ames, porque sabes te va a impedir crecer.

Construir un nido estable en un mundo cambiante no lo considero un error, sino una gran virtud. Lo que sucede es que ese nido, además de estable debe ser flexible para adaptarse a todos las condicionantes que puedan surgir. Cuando construimos algo le otorgamos el sello de lo imperecedero para seguir edificando, aún sabiendo que pueda no ser perenne, pero si de primeras no creemos en lo que hacemos esa construcción va a termianr siendo defectuosa por la falta de confianza. En resumen: cree en lo que haces mientras lo construyes. Siempre tendrás tiempo de reconocer el error y destruirlo.

Yo tampoco concibo amor sin libertad. No concibo amor con necesidad incluída (otra cosa es la expresividad poética del amor). Amar no es exigir sino compartir.....compartirse. Si tienes que cambiar para ser amado, no merece la pena ese amor.....ni yo le merezco la pena a la otra persona.

Jose dijo...

Ahora mismo no soy muy objetivo para responderte, jaja, pero te prometo pensarlo y responder ;)

Celadus dijo...

No se hasta qué punto decidimos a quien amar. Creo que hablas de cosas diferentes, Juan. Te puedes preguntar si la persona amada te conviene o no, pero ahí no estás decidiendo "racionalmente" si la amas sino si permaneces o no junto a ella. Lo mismo se puede dar el caso contrario, que uno no le convenga a la persona amada y decida no seguir con ella, precisamente porque la ama y desea lo mejor para esa persona.
Respecto a lo de construir un nido estable, yo entiendo que el autor se refiere a que consideramos ese "nido" como algo imperecedero e inmutable (generalemnte es así como suele entenderlo todo el mundo). La virtud, como tu dices consiste precisamente en saber que nada es permanente y que nuestro nido cambiará, antes o después, para bien o para mal. No quiere decir que pienses que de entrada será un fracaso. Tú lo has expresado perfectamente "crees en lo que haces MIENTRAS lo construyes". Fantástico, nada que objetar.

Jose, me alegra verte por aquí de nuevo. En cuanto estés en forma espero tus comentarios :).

Juan dijo...

No he pretendido decir que decidimos a quien amar. Precisamente pongo lo contrario (o lo he intentado), que en el amor sientes. Lo que sí podemos racionalizar (y es muy difícil) es si la persona a la que amamos nos conviene, no si la amamos o no.

Un abrazo.