domingo, 6 de abril de 2008

AU CLAIRE DE LA LUNE


Corría el año 1854 en París. En su estudio, Monsieur Édouard-Léon Scott de Martinville, impresor, librero, escritor e inventor, andaba corrigiendo unos grabados para un texto de física. Entre esos grabados encontró unos dibujos de anatomía del oido interno. Martinville era un hombre culto que al estar en contacto con textos de diversas disciplinas por su condición de impresor, estaba al corriente de las últimas novedades científicas. De modo que al ver aquellos dibujos se propuso inventar un mecanismo que imitase la función del oido y que permitiese grabar el sonido en un soporte físico, como hacía la fotografía con la imagen. Faltaban aún casi 20 años para que Edison inventara el fonógrafo, cuando Monsieur Scott de Martinville entregó su diseño en un sobre sellado a la Academia Francesa. El 25 de marzo de 1857 recibió la patente francesa #17,897/31,470 por el fonoautógrafo. Este aparato mecánico sustituía el tímpano por una membrana elástica y los huesos del oido por una serie de palancas, que movían un estilete que presionaría en una superficie de papel, madera o vidrio cubierta por negro de humo.

El invento de Martinville apenas pasó de ahí, de una patente archivada y vendida a algunos laboratorios de investigación, fundamentalmente porque aunque el inventor había descubierto supuestamente el método para grabar el sonido, desconocía el método para reproducirlo. Lo cual significa que el francés nunca pudo oir sus grabaciones. Y los demás tampoco.

Luego llegó Edison con su fonógrafo y asombró al mundo con su grabación de "María tenía un corderito" (1877) y la captura de un fragmento del oratorio de Haendel en un cilindro de cera, considerada hasta hoy por los expertos la grabación más antigua que se conserva. Hasta hoy, porque unos investigadores de Berkeley acaban de localizar en un archivo de París una grabación de diez segundos realizada con el "fonoautógrafo"de Martinville en 1860, es decir, diecisiete años antes. Al parecer existen grabaciones aún más antiguas pero están tan deterioradas que no es posible oir nada en ellas (tengamos en cuenta que el soporte es un papel ennegrecido con humo, por lo que ya constituye un auténtico milagro que haya llegado alguna hasta nosotros). Esta grabación de 1860 es un fragmento de una cación infantil francesa, titulada Au claire de la lune (Al claro de la luna). Se trata por tanto de la grabación sonora más antigua conservada de la historia y a mi particularmente me pone los pelos de punta.

Aunque sea con casi siglo y medio de retraso, al fin Édouard-Léon Scott de Martinville ha visto reconocido su invento y hoy sabemos que si bien Edison fuese el primero en reproducir el sonido no fue el primero en grabarlo.

Aquí está la grabación original:



Y aquí un versión actual de la misma canción:




Está claro que lo de Monsieur Scott de Martinville era inventar y no cantar...

6 comentarios:

Eli dijo...

¡Dios, Cel! Acabo de hacer una regresión a la niñez.
¿Sabes que esa fue la primera canción que me enseñaron en francés? Yo sólo tenía tres añitos, y aún me la sé de memoria.
Gracias por rescatar un momento así.

Celadus dijo...

¡Que susto, eli! Cuando empecé a leerte creí que habías hecho una regresión al siglo XIX! jajajaja.
También es casualidad, con la de canciones que hay en el mundo ;)

Lal dijo...

Es impresionante...gracias por la historia Cel!

Eli dijo...

¡Jajaja, Celadus!
Soy vieja, pero no pa tanto (º_^)

Anónimo dijo...

A mi me pasa algo parecido a lo de Eli: Au clair de la lune, mon ami Pierrot, prete moi ta plume pour ecrire un mot...
Muy interesante, de veras.
Voi a ver si oigo la grabación

Celadus dijo...

Gracias todos. La historia me encantó cuando la oí y por eso he querido compartirla con vosotros.
Bowman, es a la vez una gran sorpresa y una gran honor verte por aquí. Espero que hayas conseguido oir la grabación.